El acné común suele confundirse con el acné fúngico. Ambas son enfermedades diferentes con causas y síntomas diferentes. El acné común se produce cuando los folículos pilosos se cierran debido a las células cutáneas muertas, las bacterias y la grasa. Por el contrario, el acné fúngico se produce debido a un hongo.
El acné fúngico pica mucho, mientras que el acné común no pica. Aquí aprenderás a controlar los síntomas del acné fúngico y a adaptar esas medidas a tu rutina diaria de cuidado de la piel.
Sin tomarte mucho tiempo, comencemos. Pero primero, consulta la información necesaria sobre el acné fúngico que te ayudará a comprender mejor esta afección y combatir sus síntomas.
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Acné fúngico
También conocida como foliculitis por “Malassezia”, es un problema cutáneo común que puede ocurrir a cualquier edad. Sin embargo, las personas con piel más grasa, que usan medicamentos o que viven en áreas cálidas y húmedas son más vulnerables a esta condición.
Es causada por una levadura llamada “Malassezia”, que vive en la piel de todos, pero a veces causa problemas. Se ha descubierto que la misma levadura es responsable de la mayoría de los casos de dermatitis seborreica (DS).
A diferencia de DS, no desaparece por sí solo. Debes buscar tratamiento siempre que veas sus síntomas e identifiques que se trata de acné fúngico. ¿Pero cómo diagnosticarlo?
¿Cómo identificar el acné fúngico?
Para ello, debes conocer sus síntomas comunes. En casos leves, esta condición muestra los siguientes síntomas:
- Pequeños granos que parecen una erupción.
- Bultos rojos con puntos blancos.
- Espinillas en racimos.
- Picazón.
- Dolor.
- Sensación de quemazón.
Incluso en el caso leve, los síntomas pueden ser insoportables, especialmente la picazón.
El acné fúngico puede confundirse con el acné común debido a que los síntomas son comunes. Ambos requieren un tratamiento diferente.
Si no estás con la seguridad de los síntomas, consulta a un médico para obtener un diagnóstico adecuado. Si se trata de acné fúngico, debes buscar tratamiento.
¿Cómo gestionarlo?
Existen algunas formas sencillas de controlarlo si las sigues con atención y las incorporas a tu rutina diaria. Seguirlas con regularidad te ayudará a controlar los síntomas y a aprovechar al máximo el tratamiento en curso.
Evita sus desencadenantes
En primer lugar, deja de cometer errores que pueden empeorar la afección. Esto puede considerarse una medida preventiva contra el acné fúngico. Sigue las pautas que se indican a continuación.
- No te rasques la piel aunque le pique mucho. Aplica una compresa fría o una crema para aliviar la picazón para calmar la piel. Rascarse puede dañar la piel y los folículos pilosos, lo que puede provocar una infección y una caída temporal del cabello.
- Cúbrete la piel cuando salga al exterior. La luz solar directa y el calor aumentan la picazón y el dolor.
- Vístete con ropa fresca, ligera y suelta. La ropa ajustada atrapa el calor y el sudor, lo que aumenta el riesgo de infección. Además, la tela se frota con frecuencia contra la zona afectada y daña la piel sensible.
- El uso de productos de belleza, cremas, champús y jabones habituales es un roce rotundo. Estos productos contienen sustancias químicas que los protegen. Cuando estas sustancias químicas entran en contacto con personas con piel sensible o una enfermedad, a menudo desencadenan reacciones alérgicas. Por lo tanto, debes evitarlos.
- Evita los productos grasosos. Si deseas utilizar una crema hidratante para curar la piel seca, busca productos etiquetados como «sin aceite».
- Ciertos alimentos, incluidos los alimentos ricos en carbohidratos y azucarados, pueden desencadenar brotes de acné fúngico. Evítalos y utiliza alimentos ricos en proteínas.
La limpieza regular es imprescindible
No importa cuál sea la afección cutánea que tengas, es imprescindible que te bañes lo suficiente para limpiarla. Si sudas mucho por el calor o la actividad física, límpiate con un paño limpio. Sin embargo, es mejor lavar la zona para eliminar las bacterias.
El baño puede ser delicado para las personas con piel seca, ya que reduce la grasa natural. Por lo tanto, lava solo la zona que suda mucho y luego aplica una crema hidratante para recuperar la humedad perdida.
Si tienes la piel grasa, báñate a diario o más veces por semana para mantener la piel limpia y reducir la grasa adicional. No uses jabones y champús habituales durante los baños.
El siguiente paso te informará sobre un mejor producto que funciona como agente limpiador y trata el acné fúngico.
Deja que un champú antimicótico haga el resto del trabajo.
El uso de un champú medicado antimicótico es una mejor opción y la más recomendable para tratar el acné fúngico. Este champú contiene un ingrediente activo, piritionato de zinc, que ha demostrado ser eficaz contra Malassezia.
Este champú está aprobado médicamente y fue creado por un pediatra. Es una excelente opción para personas con piel sensible.
Además de aclarar esos granos que pican, este champú te ayudará a tratar:
- Picor
- Inflamación
- Dolor
- Enrojecimiento
Curiosamente, tanto adultos como niños pueden utilizar este champú. Para ello:
- Aplicar el champú en la zona afectada al tomar un baño.
- Frote la piel con suavidad para evitar daños.
- Enjuague y seque con palmaditas.
- Úselo al menos dos veces dentro de una semana para obtener mejores resultados.
Si notas mejoras en los síntomas, puedes ajustar su uso según tu condición.
¿Cuándo consultar a un médico?
Los métodos descritos anteriormente suelen ser suficientes para tratar el acné fúngico y controlar sus brotes. Si nada funciona para usted o los síntomas empeoran, busque ayuda médica.
Estas son las señales de alerta de que debes buscar ayuda profesional:
- Los síntomas persisten más de lo habitual.
- Los síntomas vuelven poco después del tratamiento.
- Los síntomas comienzan a propagarse a otras partes del cuerpo.
- Malestar severo o fiebre.
Conclusión
El acné fúngico no debe ignorarse como otras afecciones cutáneas comunes. Es una infección, por lo que debe tratarse como tal. Es fácil de controlar si evitas sus desencadenantes y recibe el tratamiento adecuado, como se describe en este artículo. No hay necesidad de entrar en pánico. Espero que sigas estos consejos.
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¡Recuerda! Una piel sana es una piel feliz. ¡Cuida de ella!